viernes, 29 de marzo de 2013

vértigo...


Hoy es uno de esos días en los que me convierto en espectador y me detengo a contemplar las diferentes escenas que se han ido presentando ante mis ojos recientemente... En días como éstos me vuelvo plenamente consciente de la relatividad del tiempo. Aquello que ha pasado hace a penas unas horas se me hace lejano e inalcanzable...


Desde que él sopló tan fuerte que reventó la burbuja que con tanta delicadeza habíamos tratado de mantener a flote, el tiempo había mudado de piel y se presentaba ante mí como un extraño fenómeno que no comprendía demasiado bien.

Entendía por qué algunas personas se empeñan con tanto afán en ignorar aquello que da sabor a sus vidas, aquello que les hace sentir el vértigo de encontrarse tan cerca de sí mismos. Sin embargo, me veía totalmente incapaz de compartirlo. Yo sentía y me dejaba una de mis quinientas pieles en cada cosa que hacía... ¡Hace falta coraje para sentir!

Me encontraba como un león enjaulado, dando vueltas sobre mí misma, en el interior de aquella caja de cemento. Quería salir, plantarme al otro lado de la cámara, sentir vértigo...









http://www.youtube.com/watch?v=PyacCcw3Z28

domingo, 17 de marzo de 2013

dichoso portal...


Por aquel entonces ya se sentía parte de la ciudad, del arco iris que formaban las líneas del metro, de las 500 caras que las fachadas le ponían al pasar, de la hiperactividad generada por los rayos de sol al acariciar su piel, de los pasos de más que tenía que dar para cruzar los semáforos, de las a veces destartaladas bicis rojas con su particular seña de identidad... Sólo en determinadas ocasiones una ráfaga de realidad le azotaba y le hacía plenamente consciente de los 1.300 kilómetros y las 60.000 diferencias culturales que le separaban de su ciudad natal...

Hacía ya unos cuantos días que el corazón sólo encontraba tregua en el progresivo desgaste de las suelas de sus zapatos que se fundían en la acerca, como si cada paso que diera incrementase las posibilidades de encontrarla, de encontrarse... A la misteriosa fuerza que tiraba de su estómago le daba exactamente igual la ruta que su cerebro tuviera programada y siempre acababa reconduciendo sus pasos hasta el dichoso portal de la calle Aribau, allí desearon volver a verse pocas horas después de haberse topado en el camino.

Perdido en el rojo del vado que prohibía aparcar a esa altura de la calle, percibió que una presencia en busca de respuestas se había instalado a dos palmos de su nuca, se giró y se volvió a perder en el océano de sus ojos negros...  











http://www.youtube.com/watch?v=fczPlmz-Vug

domingo, 10 de marzo de 2013

ready for landing...

Sus pensamientos se quedaron suspendidos sobre la inmensa capa de suave algodón que se extendía a través de la ventanilla del avión... Siempre que viajaba recorría su cuerpo esa agradable sensación, se sentía inspirada, se relajaba... podía divisar su vida a través del filtro de irrealidad que le proporcionaba trasladar su cuerpo unos cuantos kilómetros en el espacio.
Contemplaba el horizonte que formaban a lo lejos las nubes y el cielo al juntarse y se inquietaba ante la incertidumbre de no saber si en los próximos meses continuaría latente ese convencimiento de estar haciendo de su vida algo bonito y especial...
Su imaginación no le daba respiro ni por un segundo y se preguntaba hasta qué punto una persona podía vivir algo que no había pasado... y es que su incansable mente siempre estaba ideando sueños en el aire, creando bonitas buhardillas desde las que espiar los tejados en la noche, grandes manos que le apartaran con cariño el mechón de pelo que siempre se escurría de detrás de su oreja derecha y besos mojados al abrigo de un gran paraguas color vino burdeos... vino burdeos... el color favorito de su abuela...

La estridente vocecilla de la azafata con un marcado british accent le alejó de su ensimismamiento... Estaban approaching Barcelona, ready for landing...