jueves, 14 de noviembre de 2013

Espeleología


Querida amiga mía,

¿Dónde quedó la sonrisa pintada con permanente en tu cara? ¿A dónde se marcharon las ganas insaciables de estar en todo, de no derrochar ni un instante? ¿Qué fue de aquella verborrea congénita que te obligaba hablar, parlar, speak, parler, falar e incluso a “tal” sin cesar?
Te marchaste de aquella cueva al amparo de la cual encontrabas protección en los fríos días de invierno y frescor cuando el verano apretaba con su sofocante calor. Allá adentro el resto de homo sapiens sapiens con los que convivías siempre sospecharon que había algo raro en ti... Y es que ambas sabemos que no te acababa de convencer aquel ciclo de proyecciones de películas rupestres a las que ellos eran tan aficionados. Tus ojos nunca han sido buenos en materia de disimulo...
Así que un día decidiste partir, escapar de esa realidad, para descubrir el mundo que se encontraba tras aquellas paredes hostiles. Saliste manchada de barro hasta las entrañas y tus pasos te trajeron hasta aquí, hasta este árbol solitario a la orilla del río, para que paulatinamente la piel recobrara su brillo y los ojos se fueran acostumbrando a los colores que todo cuanto te rodeaba desprendía a la luz de un sol desconocido para los habitantes de la caverna.
Tiempo al tiempo, al principio será duro, a tus pulmones les llevará unos días aprender a embriagarse de este aire tan limpio y fresco. Túmbate en la hierba, siente como acaricia tu cuerpo, disfruta de su textura mientras el sonido del agua bajando por el arroyo te mece, brindándote la serenidad necesaria para vivir en este mundo con más gloria que penas.
No sucumbas al conformismo disfrazado de comodidad que habita entre las estalactitas y las estalagmitas. Los que allí residen primero trataran de persuadirte para que regreses y de infectarte con sus ideas acerca de tu falta de cordura y sensatez. Más adelante, te convertirás en enemiga del clan... No le des mayor importancia ni cargues culpa sobre tus hombros. Responde con condescendencia, puesto que su ceguera no les permite ver lo que hay detrás y, por todos es sabido, que la ignorancia hace el atrevimiento.
Sobre todo, sobre todo ¡basta ya de espeleología! Ya lo has probado y no te gusta ¿por qué narices te empeñas tanto?
Esta naturaleza exterior que ahora te rodea acabará por convertirse en compañera de viaje y amiga fiel. Pocos son los que la pueblan pero poseen más valor que 500 cavernícolas juntos. Dale tiempo y date tiempo...

Un fuerte abrazo de tu amiga.







A mi hermana, que me siempre me recuerda por dónde anda el río.

"Mírame… ¿Qué hago aquí?.
Mírame, tu juego me ha dejado así.
No sé qué fue de aquel rumor que nos vio nacer,
pagó la jaula al domador.
Mírame, soy feliz"

http://www.youtube.com/watch?v=J5TUIStPW0w



miércoles, 13 de noviembre de 2013

La suerte está echada


Las vibraciones de las cuerdas de tu guitarra atraviesan el yeso del abismo que nos separa y se van deslizando lentamente por mi garganta.
El otoño, que con retraso se animó a decirle “¡basta!” al interminable sudor del verano, envuelve el cielo en un filtro rosado, vistiendo a la ciudad entera con un manto sepia. Sentada en el alfeizar de la ventana, me antojo como sacada de una foto antigua que llegó a entremezclarse, sin saber muy bien cómo, con un montón de objetos variopintos en algún rastro.
De un tiempo a esta parte, tu voz le ha cogido el gusto a eso de poner banda sonora a los atardeceres de mis días…Y tú, sin saberlo, enciendes la lumbre que calienta las tardes de domingo... Y yo, sin saberte, sin tener más pistas que las ondas de sonido que atrapan mis tímpanos, te imagino... E imagino historias de tropiezos, de despistes, de encuentros, de acertijos y de destino.
El tiempo y la suerte hablarán y nos dirán lo que ni ciencia ni astrología, ni consciente ni inconsciente personal o colectivo pudieron haber escrito.  














"Ir y venir, seguir y guiar, dar y tener,
entrar y salir de fase.
Amar la trama más que el desenlace"


http://www.youtube.com/watch?v=QgZBKNdo8gs


jueves, 7 de noviembre de 2013

Punto y final


Estrujar cada poro de mi piel para impregnarte con su olor hasta llegar a perder mi propia esencia en el intento.
Pensar que era precisamente esa fragancia la que te hacía elegir mantenerte a mi lado.
Olvidar por qué narices quería esto...
Dejar de lado la idea de que te buscaba para que, con tus soplidos, mis alas volaran más alto y para que, con tus manos, protegieras la llama que ilumina mis sueños.
Contemplar desde el subsuelo las correas con las que has encadenado mis días, encerrado mis anhelos, ahogado mis suspiros de eterna soñadora.
Sentir que me faltan agallas, que no tengo lo que hay que tener para marcar sobre esta hoja, llena de borrones, el punto que pondrá fin al maldito enredo.
Desconocer el momento adecuado... Podría ser ahora, mañana o dentro de cinco años pero este ADIÓS ya está sentenciado.










"Two birds on a wire
One tries to fly away and the other
watches him close from that wire
He says he wants to as well but he is a liar"

http://www.youtube.com/watch?v=dgQHAQxtKPk

miércoles, 23 de octubre de 2013

Tomar la parte por el todo


Cada mañana camino unos 5000 pasos para ir de mi casa a la oficina en la que trabajo. Se podría decir que tengo una cierta adicción al desgaste de las suelas de los zapatos en su progresivo roce con los adoquines... Desde bien pequeño he rehuido cualquier vehículo con ruedas a excepción de la bicicleta, esta última se me antoja vieja amiga que otorga al viento la responsabilidad de desprender las penas que ensombrecen el rostro y agitar el cabello como si de un elogio a la libertad se tratara. El caso es que durante el mencionado paseo, decenas de caras apresuradas cruzan sus pasos con los míos, caras que transportan ojos por cuyo efecto desearía dejarme atrapar... Sin embargo, mi ego de homo sapiens parece estar más ocupado en contemplar las reacciones que el propio yo genera en los demás, inundando así a éste último de temores ante la idea de no satisfacer las expectativas del público... ¿Hasta qué punto hacemos esto mismo con aquellos que por culpa del destino o de la casualidad logran ubicarse en nuestro punto de mira? Nos empeñamos en creer que para uno mismo todo resultará más sencillo, que, en el momento en el que otro ser que realmente valga la pena nos enfoque con su objetivo, tomará conciencia de cada una de nuestras cualidades y le será imposible obviar cuán valiosos somos. Pero ¿por qué iba a ser de este modo? La realidad tan sólo muestra una pequeña porción, en ocasiones nada representativa, del todo que conforma a una persona...
A ella la observo cada día, observo cómo se comporta con los demás, los movimientos que sus manos dibujan como ornamento a sus palabras, trato de palpar lo que siente cuando sus ojos verdes se quedan suspendidos en el vacío, de adivinar la música que sus oídos escuchan mientras desgasta sus suelas, si le gusta o no montar en bicicleta... ¿Será esta corazonada mía producto de la parte visible o de un todo que está pidiendo a gritos ser descubierto? Hoy me he decidido a averiguarlo, la voy a invitar a salir de esta caja de cemento, a ver si el cambio de escenario me ayuda a descubrir las quinientas pieles que envuelven su todo.









"Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo."

http://www.youtube.com/watch?v=G1KZOxS7i9Q

martes, 8 de octubre de 2013

Dulce enemiga mía,


Dulce enemiga mía,

¡Sí! ¡Tú! ¡Ésa! La que no se sabe vender, la que se caga, la que tira piedras contra su propio tejado... ¿Me oyes? ¡Relájate! ¡Respira hondo! El mundo no se acaba en cada paso que tomas o que decides no tomar. Cédele el timón a mi otra amiga, a la valiente, a ésa que en ocasiones se queda agazapada tras tu espalda como un niño tímido que teme ser interrogado por ojos desconocidos. La sonrisa de esta última es la que quiero ver reflejada cada mañana tras lavar mis pestañas somnolientas. A ella, a la que no se rinde, a la que diseña llaves que abren puertas al futuro, a la que se llena las uñas de tierra, sin miedo a pringarse hasta el alma, por plantar flores que brotarán mañana y árboles que mecerán sus hojas al viento pasado mañana. A ti, a la de los ojos plagados de sueños, en esta noche quisiera decirte que no te apures, que no por apresurarse las cosas llegan antes, que aquello que puede suceder de manera rápida bien puede ralentizarse y ser observado a cámara lenta. Que, por el contrario, tratando de acelerar la película corremos el riesgo de romper la cinta. Así que, ¡fuera miedos! ¡Sal! ¡Cómete la cámara y lo que haya detrás! Y, sobe todo, mientras lo haces, no te olvides de disfrutar y embriagarte con cada uno de los fotogramas.









...¡disculpad mi osadía!

http://www.youtube.com/watch?v=IpxuZtNb_GY

lunes, 15 de julio de 2013

Pájaro rojo...


Bukowski tenía un pájaro azul en su corazón que deseaba salir afuera pero él no le dejaba y le acallaba con putas y alcohol.
Cada uno tiene su propio pájaro. A mí, el mío se me antoja de color rojo y se emociona con gran facilidad, desplegando sus pequeñas alas e invadiendo hasta el último recoveco de mi pecho. Mi sensibilidad, en ocasiones oculta tras una exagerada contundencia encargada de esconder a ese yo inseguro que guardo adentro, besa sus plumas rojas cada mañana para que salude al sol con buen humor, le saca a pasear en bicicleta por los bulevares de la ciudad, le prepara encuentros con personas de quinientos países diferentes para así nutrir su espíritu, permite que, al menos, un par de tardes por semana se meza sobre las olas del Mediterráneo a la hora de siesta, le canta, le ríe, le baila e impulsa sus alas para que sobrevuele cada una de las terrazas de la ciudad con entusiasmo.
Mi pájaro nunca se hará mayor, permanecerá niño, porque a él lo que le gusta es jugar, improvisar, sentir de manera genuina cada estímulo que el mundo le lanza y responder a él con autenticidad.
A mí, personalmente, me encanta la forma en la que mi pajarito vuela por la vida: es osado, intuitivo, sensible, sabe lo que quiere, cree en sus sueños y, pese a todo, mantiene la fe en que la vida es bella y sigue apostando por hacer de cada instante algo especial.
El problema es que sucesivas ráfagas de viento están azotando la ciudad y ya van siendo varias las veces que el pajarito regresa a mi corazón con alguna que otra pluma de menos y con las alas doloridas. A veces pienso que lo mejor sería guardarlo allí adentro para que no se haga daño pero yo no quiero ser dura con él ni ahogarle con el humo de los cigarrillos, yo quiero que siga volando sin miedos, emocionándose ante una poesía, un olor o una flor y, sobre todo no permitir que le invada toda esta desazón...









http://www.youtube.com/watch?v=nyaizQcprks

domingo, 30 de junio de 2013

Mantener burbujas a flote...


Giro la cabeza y nuestros ojos se entrecruzan medio segundo, algo me dice que ya conozco de antes esa forma de mirar y sin embargo es la primera vez en mi vida que te veo... Este magnetismo que nos va empujando delicadamente hacia el otro provoca que segundos más tarde nuestras palabras comiencen a tejer una conversación desprovista de formalismos, confeccionada por los hilos de la autenticidad. Sin pensármelo dos veces, te muestro las pinturas que utilizo para pintar cada instante de colores. Tú, por tu lado, te aventuras a compartir la manera en la que cada poro de tu piel capta la esencia de la realidad que te rodea. De esta forma, quedamos suspendidos en una burbuja en la que sólo tú y yo tenemos cabida. Me quiere parecer que el entendimiento, la admiración mutua y la facilidad con la que a ambos se nos erizan los pelillos de la nuca resultan ser sustento que sopla suavemente para mantenerla a flote.
Desgraciadamente, la fuerza de la gravedad junto con la manía que la realidad tiene de poner la zancadilla a los sueños tira de nuestra bonita obra hacia la superficie terrestre, haciendo que finalmente, con un sonido sordo, estalle devolviéndonos a cada uno a su mundo. Sin embargo, nos es imposible obviar el hecho de que el universo, ¡por fin!, se las ha arreglado para programar nuestro encuentro.
La temida despedida, aun sin cortar el hilo invisible que une tus ojos con los míos, viene impregnada de formalismos: los acostumbrados dos besos y un par de palabras amables lanzadas al aire que dejan tras de sí quinientas dudas relacionados con la relatividad de la percepción humana y quinientas horas en los que la incertidumbre empaña aquellos segundos tan certeros y el alma ruge a causa de un hambre insaciable de que mantengamos juntos burbujas a flote.








http://www.youtube.com/watch?v=uTxythHY09k




viernes, 28 de junio de 2013

"¡Mamá! ¡Traigo cangrejo en mano!"


Tras varios meses en los que su piel se asemejaba al gris del cielo a causa del enlatamiento que la rutina del invierno le obligaba a llevar, se alzó sobre sus chanclas y dispuso con delicadeza dentro de su mochilita rosa los preciados utensilios que la tan esperada ocasión merecía.

No fue plenamente consciente de que el verano ya había llegado a la ciudad hasta que sus pies no se hallaron hundidos bajo aquella arena suave y limpia, la misma que cada año la observaba crecer desde la playa.

Se quitó la ropa mientras su abuela pronunciaba las mismas palabras que tantas veces antes había escuchado: “¡Métete sólo hasta que te cubra por el ombligo!”. Puesto que cada año que pasaba le ganaba un palmo a las agitadas aguas, la niña se soñaba nadando a lo largo de la fina línea que separaba cielo y mar, soplando los veleros que, desde la orilla, parecían como de juguete. En los días grandiosos en los que su madre se permitía bajar a aquella patria de arena, ésta con un bañador de rayas rojas se convertía en un barco fuerte, de piel suave, con sabor a mar y a crema solar, un barco que navegaba veloz, surcando las olas y transportándola más allá de la zona donde sólo cubre por el ombligo...

Aquella tarde el sol había cesado de jugar al escondite entre las nubes y la marea se encontraba tan baja que dejaba al descubierto las enormes rocas de los acantilados. Éstas ahora se le antojaban enormes palacios habitados por algas, lapas, musgos y otras muchas criaturas sacadas de sus cuentos. En un alarde de valentía, se adentró en el interior de sus recovecos para salir empapada de sal hasta el alma y dejándose la voz al grito de: “¡Mamá! ¡Traigo cangrejo en mano!".



 
 
 
 


miércoles, 19 de junio de 2013

Interés disfrazado de pasividad...


Te pasaste meses lanzándome la pelota por debajo de la mesa, de manera muy sutil, casi imperceptible. Me parece que esperabas que fuera yo la que ideara toda la estrategia a seguir para ganar el partido. Lo que ocurre es que hace ya mucho tiempo que me cansé de ser la parte activa del juego, que ese interés disfrazado de aparente pasividad no provoca en mí otra reacción que la pérdida de ilusión por descubrir, por exponerme, por jugar...
Puedo comprender que la incertidumbre paraliza, que las heridas aún están por lamer, que en el borde del camino aguardan ojos que se dedican a lanzar obstáculos y que exponerse, a veces, conlleva una pequeña pérdida de la dignidad. Puedo comprender todo esto y mucho más, podría justificar cada movimiento, cada jugada... El único inconveniente es que no quiero, porque la frustración aparecerá tarde o temprano, cuando el partido ya haya terminado y, como resultado, no haya ni ganadores, ni exposiciones, ni, tan siquiera, más partidos por jugar...









http://www.youtube.com/watch?v=N5n6fmD84LQ






martes, 18 de junio de 2013

Tarritos de cristal...


¿Y si se pudieran envasar sensaciones dentro de pequeños tarros de cristal? Desde muy pequeña he soñado con que esto fuera posible.
Recuerdo cuando mi madre se marchó con un par de amigos y una furgoneta roja al Sáhara. El caso es que regresó con las maletas repletas de exóticos cachivaches, parecía que iba a liarse la manta a la cabeza y montar un mercadillo ambulante... A pesar de tanto objeto como sacado de "Las mil y una noches", lo que más me llamó la atención fue un pequeño tarro de cristal que contenía arena de un color que mis ojos no habían visto nunca antes.
Durante muchos años, ese pequeño trozo del continente africano nos observaba desde la repisa de una de las estanterías del salón y me fascinaba aquel contacto con la cultura de Ali Baba, de los cuarenta ladrones, de Aladino e incluso de Abú. Por ello, algunas veces no podía evitar meter un dedo dentro del delicado tarro y materializar dicho contacto... Sólo lo hacía muy de vez en cuando por miedo a que el preciado tesoro se desgastara.
Ahora me encantaría poder llenar la casa de tarritos en los que guardar ciertos momentos para poder acariciarlos cuando al alma se le encaprichara. Hoy, por ejemplo, vertería el roce del tan esperado calor del sol en las alturas de una ciudad que cada segundo me pide a gritos que no vuelva a casa, que salga a la calle, que descubra lo que se esconde tras sus recortadas esquinas, mientras juega conmigo al escondite y hace de cada paso una divertida aventura.







lunes, 10 de junio de 2013

Olor a primavera...


Llevaba varios meses sin encontrarse del todo consigo mismo, se perdía entre tanta confusión... Ideas, que bajo la luz del sol resultaban brillantes, parecían perder resplandor al contacto con la almohada.

Pasaba las semanas en busca de señales luminosas que le indicaran el camino a seguir. Cada idea prestada era aire que se colaba por una rendija para ventilar la cargada habitación que componían sus pensamientos. Trataba de extraer la esencia a cada ejemplo ilustrativo que se cruzara en su camino. A veces, frases de conversaciones ajenas cazadas al vuelo contoneaban las cortinas a modo de ráfagas de viento. En otros momentos, debía su gratitud a los grandes como Benedetti o Baudelaire, los cuales, con manos firmes, le abrían las ventanas de par en par. Y, en la mayoría de ocasiones, eran sus amigos más próximos los encargados de abanicar sus dudas y de llenarle la habitación con olor a primavera.

Aquel día pintaba como cualquier otro, el despertador estaba programado para saltar a las 08:00 y lo primero que haría tras levantarse sería preparar un café bien cargado. No sabría decir qué le llevó a abrir los ojos a las 07:37 ni por qué no se sentía con ánimos para café. Sin embargo, aquella mañana, bajo ese estado alterado de conciencia, entre la vigilia y el sueño, una señal gigante comenzó a parpadear delante de sus ojos y, entonces, lo vio todo claro.

Hay días en los que vagamos a la deriva hasta que, de un golpe, la ventana se abre dando paso a la lucidez.









http://www.youtube.com/watch?v=N1uTrIJCAOU

viernes, 7 de junio de 2013

Caos a punto de estallar...


Creo que esta adicción a la inestabilidad me viene en parte dada por el bagaje genético y en parte por la sencillez de las relaciones humanas aún no consolidadas, esas que todavía no se han visto entretejidas por los líos de las complejas agujas de la rutina. Con los ojos nuevos de la ignorancia todo está aún esperando para ser descubierto, atractivo y bonito.

Quizás esta constante sensación de caos a punto de estallar no es más que un espejismo originado por las gafas de la negatividad que la química de mi cuerpo me obliga a llevar de tanto en tanto... Lo que está claro es que fue esa sensación la que me trajo hasta este banco sobre el que ahora fumo un cigarrillo mientras respiro la atmósfera que perfilan las gentes del barrio y sus características tiendas al calor de un verano incipiente.

No sé muy bien si recorrí las callejuelas que bajan hasta esta plaza para encontrarme, para buscarte o para dar con algo que aún está por descubrir...









http://www.youtube.com/watch?v=PYO6PG7XcQM

martes, 4 de junio de 2013

Hicimos volar el somier...


Ya estaba todo preparado para recibir junio. Yo llevaba días clasificando las sensaciones que me provocabas para disponerlas en las diferentes cajas que, ahora, perfumaban la oscura habitación con una mezcla de olor a cartón y cinta de embalaje. Tú me observabas desde el rellano de la puerta tratando de poner lógica a mis movimientos. Siempre te las habías dado de experto en materia de logística y, ¿quién lo hubiera dicho?, al final la que se dedicaba a poner orden al caos que nuestras palabras dejaban tras de sí era yo.
La sensación de que nos encontrábamos al final de una etapa se podía palpar en las marcas que habíamos dejado en la pared tras arrancar nuestras fotos y en la forma en que los ojos de ambos se cruzaban sin llegar a reconocerse del todo... Si alguien me hubiera preguntado dos años atrás, habría jurado que no existían tijeras capaces de cortar el hilo que conectaba tus iris a los míos.
Y, sin embargo, allí estábamos, con el desconcierto dibujado sobre nuestras caras, sin saber muy bien qué palabras utilizar para llenar aquel vacío. Qué paradójico que me resultaba ver que aquel somier, al que tantas madrugadas habíamos puesto alas, se encontrara ahogado, protegido por cien mil plásticos, quién lo viera volar de nuevo...






http://www.youtube.com/watch?v=fnFWDWkZWao

domingo, 26 de mayo de 2013

Desde adentro hacia afuera...


La teoría triangular del amor establece que éste está compuesto por tres elementos básicos: la intimidad, el compromiso y la pasión. De la combinación de estos tres componentes surgen siete formas diferentes de amor: el cariño, el encaprichamiento, el amor vacío, el amor romántico, el amor compañero, el amor loco y el amor consumado.

Partiendo de mi manía por deshacer los nudos que enredan la maraña de mis sentimientos y de lo que me gusta convertirme en espectadora de emociones ajenas, me he atrevido en más de una ocasión a teorizar acerca de cómo surge ese magnetismo que ciertas personas parecen irradiar a modo de pequeños imanes injertos en cada poro de su piel.

Las primeras veces que sentí algo que se pareciera a dicha atracción, el magnetismo partía de la epidermis de la otra persona e iba tirando de mí poco a poco hacia su interior, dejándome, en algunas ocasiones, pasar a la dermis e, incluso, a todo el tejido subcutáneo hasta llegar al hueso.
Sin embargo, esta ruta de afuera hacia adentro, no me acaba de convencer del todo... Las pieles suelen traer envuelta demasiada desilusión y el bonito papel nunca parece contener el regalo que tanto esperabas.

Ahora preferiría que la corriente eléctrica que une tus aurículas y ventrículos a los míos fuera la que finalmente se encargara de imantarte enterito, desde adentro hacia afuera, de la intimidad a la pasión...







http://www.youtube.com/watch?v=iUXs4Nt3Y7Y

sábado, 25 de mayo de 2013

Inquebrantable tranquilidad...


Las chicas y yo ya teníamos como costumbre desayunar juntas todos los domingos en la azotea del edificio. Normalmente, Clara era la más madrugadora y siempre bajaba al “fornet” de la esquina a comprar croissants recién hechos. Se levantaba con una energía que me tenía fascinada... Yo, más bien, parecía un zombie incapaz de conectar una idea con otra sin mi dosis básica de cafeína diaria.
Sin embargo, ese día mi cabeza había pasado la noche revuelta y con un brinco enérgico tomé verticalidad particularmente temprano. Últimamente, las ideas parecían haberse amontonado en mi mente y revoloteaban, impidiéndome pensar con claridad o dirigir mis pasos en alguna dirección.
Taza de café en mano, subí las empinadas escaleras que llevaban a la “terrasa”, quería respirar la desconcertante tranquilidad que la ciudad emanaba las mañanas de domingo, me gustaba divisar cómo el sol iluminaba los tejados de una ciudad que, a aquellas horas, parecía fantasma.
Siempre me ha resultado fascinante cómo un mismo hecho, persona o lugar puede presentarse con caras tan diferentes... Hacía unos 2000 amaneceres que vivía allí y seguía sorprendiéndome cuando los miércoles la ciudad huía de mí a pasos agigantados y yo me veía incapaz de alcanzarla por más que corriera y, días después, esa misma ciudad se tumbaba al sol con una calma que parecía no ir a quebrantarse jamás.
Mientras radio3 desde la radio saludaba al día y hacía bailar a mi corazón con Edward Sharpe & The Magnetic Zeros, tomaba conciencia de las ganas que tenía de sentir, de que sucediera algo que me dejara sin aliento, algo que rompiera en mil pedazos aquella inquebrantable tranquilidad...








http://www.youtube.com/watch?v=rjFaenf1T-Y

viernes, 24 de mayo de 2013

Bajo la luz de las farolas...


Siempre le había atraído perderse por las calles de la ciudad mientras los demás dormían... Encontraba algo de placentero en aquella fría brisa que sonrojaba sus mejillas y en seguir la sombra de su propio cuerpo que las farolas dibujaban sobre la acera a su paso.
Por ello, aquella noche, a pesar de la cálida suavidad de su cuerpo rozando el edredón, decidió salir a pasear con su amiga, otorgando a los adoquines el privilegio de ser testigos de sus palabras, palabras llenas de confidencias que únicamente podrían ser hechas bajo la tenue luz de la luna.
Los pasos de cada una trazaban los lados de un perfecto ángulo recto cuyo punto de unión era la esquina dónde se encontraban sus calles, lugar habitual de encuentro para ambas.
No hacía más de cinco meses que escuchara por primera vez su característico acento francés y ya se había convertido en miembro fundamental de su pequeña familia barcelonesa.
Aquella noche le tocaba prestar los oídos a aquella compañera de viaje, hay momentos en los que a uno le toca escuchar. Asumir el rol de espectador resulta más complejo de lo que a simple vista pudiera parecer...
En sus andares nocturnos, se permitían la una a la otra el lujo de “viajarse”, de leerse poco a poco las numerosas páginas que recorrían los relatos de sus vidas...
Aquella noche tocaba trasladarse a los primeros pasos en el París de los 90, cogiendo de vez en cuando algún que otro tren para poder repartir el amor entre un padre y una madre, una huida a Australia para encontrarse a una misma y la nostalgia por quién estaba y se fue...







http://www.youtube.com/watch?v=m9VrA3g4qVw

lunes, 13 de mayo de 2013

Buscando piso...


Se había dejado las suelas en la calle y las lágrimas en la almohada... Por más que buscaba no hallaba piso en la ciudad con el que encajara.

Unos eran demasiado oscuros como para colorear sus desayunos o abrigar sus sueños de medianoche.

Otros le resultaban demasiado pequeños como para dar cabida a la cantidad de sentimientos que pretendía meter, le parecía que sus metros cuadrados no iban a ser capaces de resistir tal intensidad.

Muchos de los que visitaba, pese a que aún conservaban el esplendor de una época, dejaban al descubierto las cicatrices que el mal tiempo había ido perfilando sobre sus paredes.

Por otro lado, los había que engañaban, pues su buen aspecto camuflaba increíblemente bien el hecho de que estaban huecos, vacíos de cualquier atisbo de emoción.

En su camino, también encontró un par de lofts que no le convencían, necesitaba las puertas de la intimidad, una intimidad placentera, relajada y confiada.

Algunos a los que llamaba estaban tan mal comunicados, que no conseguía llegar ni con las miradas ni con los suspiros ya fuera en metro, en nitbus o dejándose los neumáticos en el asfalto.

Otros carecían de las ventanas que permiten respirar el aire puro y sentir la libertad de elegir quedarse en un lugar... ahogaban, reprimían, chantajeaban...

Los habitantes de la ciudad pensaban que ésta era tan cálida que los pisos en ella se habían visto obligados a sobrevivir en el frío invierno sin historias que activaran la calefacción central encargada de acelerar corazones y de encender mejillas.

Así que allí continuaba, buscando piso...








http://www.youtube.com/watch?v=cATWf8eSg7w


lunes, 6 de mayo de 2013

ReTRENsiones en un ticket de la compra...


María es una de esas personas a las que les gusta ir por la vida dejándose sorprender, caminando sin prisa pero sin pausa y dando pie a que los acontecimientos fluyan de manera natural... Se podría decir que la naturalidad es una de las virtudes que le caracterizan, haciendo que de su mirada emanen chispitas de pureza y regalándole esa risa intensa y sincera que se le escapa con tanta facilidad.

Por eso, cuando esa chica tan peculiar, que semanas atrás se había presentado con el nombre de Inés, se dispuso a escupir por su boca aquella cascada de palabras que le empaparon al instante, una alarma en forma de chirrido gigante retumbó en la cabeza de María y su onda se propagó hasta tocar los dedos meñiques de sus pies.

El don de la discreción parecía no tener cabida en la mente de aquella figura de largos cabellos. Sus palabras ponían al desnudo las vidas de cuantos le rodeaban, dejándoles vulnerables, indefensos, sin el privilegiado misterio que otorga el ser un perfecto desconocido.

Así que María no pudo más que reaccionar con un gigantesco chirrido... Chirrido que aquella vez ya no pudo ignorar...

Una de las cosas que más sabor y alegría aporta a la vida de María es la magia de descubrir poco a poco las diferentes pieles que envuelven a una persona, de resolver los enrevesados crucigramas que se perfilan tras su mirada, su sonrisa, su llanto... Le gusta que sea la propia persona la que, como arrebato de confianza, le vaya prestando las diferentes recetas que guardan los secretos de la alquimia de sus emociones.

Fluye y deja fluir...





http://www.youtube.com/watch?v=VPkcy-WCB0w

lunes, 29 de abril de 2013

por decir lo que pienso sin pensar lo que digo más de un beso me dieron y más de un bofetón...

Hay personas que hablan y no dicen nada, personas que callan y dicen lo que las palabras no pueden expresar, personas que hablan demasiado y lo cuentan todo, personas que dicen unas cosas y hacen otras que no tienen nada que ver, personas que hablan en el momento preciso haciendo que sus palabras suenen como una tormenta en época de sequía, personas que ponen música a sus palabras y crean canciones, personas que vuelcan sus pensamientos en papel y permiten al resto viajar por vidas ajenas sin necesidad de moverse, hay personas con las que no hacen faltan palabras, personas que no te entenderían por más que hablaras, personas a las que más les valdría callarse si no van a decir más que un gilipollez tras otra, personas cuyo lenguaje son las caricias y los abrazos, personas que hablan idiomas que no entiendes y a las que sin embargo comprendes de maravilla, hay personas cuyas palabras te provocan escalofríos, personas que proyectan películas cada vez que cuentan una historia, hay personas con las al hablar se crea una burbuja envolvente que te lleva a otra dimensión, hay personas cuyas palabras se pierden antes de llegar a ningún destino, hay personas que se pasan la vida hablando sin escuchar a nadie y personas a las que la vida se les pasa sin decir lo que quieren decir…

En ocasiones, hacen falta agallas para decir las cosas, conocimiento para tener claro lo que se pretende decir y prudencia para saber cuánto se quiere decir y a quién… y, sobre todo, para no arrepentirse de lo uno dijo, o lo que es peor aún, de lo que uno no dijo en su momento…












domingo, 14 de abril de 2013

profecía autocumplida...


Hoy me dio por asomar la cabeza a través de la ventanilla y mirar por el espejo retrovisor para tratar de averiguar si los hechos acontecidos son parte del guión de la película de mi vida o si por el contrario dichas escenas son improvisadas y se filman tal y como hacía Charlot con sus películas...

Había algo diferente en el ambiente aquellos días, algo que gritaba y me advertía de que una escena grandiosa estaba a punto de ser grabada...

Bien es cierto que mi relación con la creencia en el destino siempre ha resultado un tanto ambigua... Por un lado, la idea de que el final de la película ya esté escrito de antemano se me presenta como romántica y, en cierto modo, esperanzadora. Sin embargo, mi educación de naturaleza más bien escéptica impide que me lo acabe de creer del todo... Opino que las personas actuamos como Chaplin, aprovechamos algunos “gags” que nos vienen a la cabeza y a partir de ellos improvisamos tratando de salir airosas, de que la escena funcione e incluso llegue a convertirse ¿por qué no? en nuestra obra maestra.

Existe una teoría a la que psicólogos, sociólogos y demás hacen referencia con relativa frecuencia para explicar diversos fenómenos. Me refiero a “la profecía autocumplida”. Más o menos sería algo así como que la idea de que un hecho va a ocurrir aparece en algún lado de nuestra mente, de manera consciente o inconsciente, y es precisamente dicha idea la que nos predispone a llevar a cabo tal hecho y a que, por lo tanto, se haga realidad.

Creo que esto fue lo que me pasó por aquel entonces. De mi cabeza surgían “gags”, ideas que me llevaban a improvisar, a experimentar con lo que podía suceder si decía esta frase o aquella otra, si jugaba con un gesto, una mirada...y así iba, poco a poco, creando mis escenas...

Aunque, no lo sé, pensándolo mejor, quizás el guión ya había sido ideado y el destino lo guardaba delicadamente para mí a la vuelta de la esquina...



photo by: Monika Pufflerová


https://www.youtube.com/watch?v=KI1OuePz2pY

viernes, 5 de abril de 2013

contundencia y suavidad...


Esa especie de coraje que te otorga la ignorancia de la inexperiencia fue lo que me llevó a esperar sentada en la terraza de aquel café bajo los primeros rayos del sol de abril.

Trataba de acelerar el paso del tiempo leyendo las noticias del periódico que se encontraba sobre la mesa pero éstas parecían insignificantes en comparación con la gran hazaña que estaba a punto de realizar. Sus letras resbalaban por mi mente como pequeñas gotas de lluvia que golpean contra la ventanilla del vagón de un tren de alta velocidad.

Me decía que en la vida una ha de poner voz a sus pensamientos para que no se queden revoloteando por allí adentro, convertidos en ovillo de lana que se entrelaza con la realidad impidiéndote ver más allá de toda esa maraña. Una ha de luchar por sus intereses aún sabiendo que ello puede acarrear la pérdida de ciertas cuestiones que a corto plazo hacen vibrar y dibujan una sonrisa en la cara.

Mi profesora de teatro de la escuela siempre me decía: “tienes que tener claro lo que realmente quieres conseguir a través de tus acciones y palabras y, por lo tanto, qué pretendes alcanzar con dicha puesta en escena. Una vez que lo sabes, ya te puedes dedicar a perfilar los matices de tu personaje e idear un atrezzo que te vaya como anillo al dedo para bordar dicho papel”. Sentía que el festival de fin de curso del colegio, donde yo siempre actuaba, estaba a punto de comenzar y que no sabía si tenía del todo claro lo que pretendía.

Por la contundencia con la que revolvía una y otra vez el café de mi taza, pareciera que el azúcar no se fuera a disolver jamás... Contundencia...la contundencia suele resultar complicada de combinar con la suavidad... Puesto que la contundencia normalmente se asocia a la dureza y la suavidad a la pasividad. Sin embargo, esta combinación es más sencilla de lo que a primera vista parece y opino que consiste en liberar pequeñas dosis periódicas de palabras claras que defiendan los intereses propios y tengan en cuenta que el otro, como ser de la misma condición, también siente y padece.

De pronto, le vi torcer la esquina de la calle y mi corazón decidió ponerse a brincar para ver si en uno de sus saltos conseguía fugarse por mi garganta y echar a andar... Respiré hondo... 3... 2... 1... Que comience la función.










http://www.youtube.com/watch?v=tpeIePQpSuU

viernes, 29 de marzo de 2013

vértigo...


Hoy es uno de esos días en los que me convierto en espectador y me detengo a contemplar las diferentes escenas que se han ido presentando ante mis ojos recientemente... En días como éstos me vuelvo plenamente consciente de la relatividad del tiempo. Aquello que ha pasado hace a penas unas horas se me hace lejano e inalcanzable...


Desde que él sopló tan fuerte que reventó la burbuja que con tanta delicadeza habíamos tratado de mantener a flote, el tiempo había mudado de piel y se presentaba ante mí como un extraño fenómeno que no comprendía demasiado bien.

Entendía por qué algunas personas se empeñan con tanto afán en ignorar aquello que da sabor a sus vidas, aquello que les hace sentir el vértigo de encontrarse tan cerca de sí mismos. Sin embargo, me veía totalmente incapaz de compartirlo. Yo sentía y me dejaba una de mis quinientas pieles en cada cosa que hacía... ¡Hace falta coraje para sentir!

Me encontraba como un león enjaulado, dando vueltas sobre mí misma, en el interior de aquella caja de cemento. Quería salir, plantarme al otro lado de la cámara, sentir vértigo...









http://www.youtube.com/watch?v=PyacCcw3Z28

domingo, 17 de marzo de 2013

dichoso portal...


Por aquel entonces ya se sentía parte de la ciudad, del arco iris que formaban las líneas del metro, de las 500 caras que las fachadas le ponían al pasar, de la hiperactividad generada por los rayos de sol al acariciar su piel, de los pasos de más que tenía que dar para cruzar los semáforos, de las a veces destartaladas bicis rojas con su particular seña de identidad... Sólo en determinadas ocasiones una ráfaga de realidad le azotaba y le hacía plenamente consciente de los 1.300 kilómetros y las 60.000 diferencias culturales que le separaban de su ciudad natal...

Hacía ya unos cuantos días que el corazón sólo encontraba tregua en el progresivo desgaste de las suelas de sus zapatos que se fundían en la acerca, como si cada paso que diera incrementase las posibilidades de encontrarla, de encontrarse... A la misteriosa fuerza que tiraba de su estómago le daba exactamente igual la ruta que su cerebro tuviera programada y siempre acababa reconduciendo sus pasos hasta el dichoso portal de la calle Aribau, allí desearon volver a verse pocas horas después de haberse topado en el camino.

Perdido en el rojo del vado que prohibía aparcar a esa altura de la calle, percibió que una presencia en busca de respuestas se había instalado a dos palmos de su nuca, se giró y se volvió a perder en el océano de sus ojos negros...  











http://www.youtube.com/watch?v=fczPlmz-Vug

domingo, 10 de marzo de 2013

ready for landing...

Sus pensamientos se quedaron suspendidos sobre la inmensa capa de suave algodón que se extendía a través de la ventanilla del avión... Siempre que viajaba recorría su cuerpo esa agradable sensación, se sentía inspirada, se relajaba... podía divisar su vida a través del filtro de irrealidad que le proporcionaba trasladar su cuerpo unos cuantos kilómetros en el espacio.
Contemplaba el horizonte que formaban a lo lejos las nubes y el cielo al juntarse y se inquietaba ante la incertidumbre de no saber si en los próximos meses continuaría latente ese convencimiento de estar haciendo de su vida algo bonito y especial...
Su imaginación no le daba respiro ni por un segundo y se preguntaba hasta qué punto una persona podía vivir algo que no había pasado... y es que su incansable mente siempre estaba ideando sueños en el aire, creando bonitas buhardillas desde las que espiar los tejados en la noche, grandes manos que le apartaran con cariño el mechón de pelo que siempre se escurría de detrás de su oreja derecha y besos mojados al abrigo de un gran paraguas color vino burdeos... vino burdeos... el color favorito de su abuela...

La estridente vocecilla de la azafata con un marcado british accent le alejó de su ensimismamiento... Estaban approaching Barcelona, ready for landing...