lunes, 15 de julio de 2013

Pájaro rojo...


Bukowski tenía un pájaro azul en su corazón que deseaba salir afuera pero él no le dejaba y le acallaba con putas y alcohol.
Cada uno tiene su propio pájaro. A mí, el mío se me antoja de color rojo y se emociona con gran facilidad, desplegando sus pequeñas alas e invadiendo hasta el último recoveco de mi pecho. Mi sensibilidad, en ocasiones oculta tras una exagerada contundencia encargada de esconder a ese yo inseguro que guardo adentro, besa sus plumas rojas cada mañana para que salude al sol con buen humor, le saca a pasear en bicicleta por los bulevares de la ciudad, le prepara encuentros con personas de quinientos países diferentes para así nutrir su espíritu, permite que, al menos, un par de tardes por semana se meza sobre las olas del Mediterráneo a la hora de siesta, le canta, le ríe, le baila e impulsa sus alas para que sobrevuele cada una de las terrazas de la ciudad con entusiasmo.
Mi pájaro nunca se hará mayor, permanecerá niño, porque a él lo que le gusta es jugar, improvisar, sentir de manera genuina cada estímulo que el mundo le lanza y responder a él con autenticidad.
A mí, personalmente, me encanta la forma en la que mi pajarito vuela por la vida: es osado, intuitivo, sensible, sabe lo que quiere, cree en sus sueños y, pese a todo, mantiene la fe en que la vida es bella y sigue apostando por hacer de cada instante algo especial.
El problema es que sucesivas ráfagas de viento están azotando la ciudad y ya van siendo varias las veces que el pajarito regresa a mi corazón con alguna que otra pluma de menos y con las alas doloridas. A veces pienso que lo mejor sería guardarlo allí adentro para que no se haga daño pero yo no quiero ser dura con él ni ahogarle con el humo de los cigarrillos, yo quiero que siga volando sin miedos, emocionándose ante una poesía, un olor o una flor y, sobre todo no permitir que le invada toda esta desazón...









http://www.youtube.com/watch?v=nyaizQcprks

1 comentario:

  1. Hace tiempo en un bar despues de hacer impro un amigo me conto un cuento sobre "el corazon mas bonito del mundo" recuerdo la magia de aquel dia y la historia pese a que han pasado muchos años. El corazon mas bonito del mundo estaba destartalado, le faltaban trozos, tenia partes de otros, miles de colores y latia arritmicamente unas veces y al compas otras... en fin, el corazon mas bonito del mundo tenia mucha vida latida y queria seguir latiendo. Yo me quedo con pajaros y corazones curtidos.

    Una sonrisa en la plaza de la birreina.

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