Dulce enemiga mía,
¡Sí! ¡Tú! ¡Ésa! La que no se sabe
vender, la que se caga, la que tira piedras contra su propio tejado... ¿Me
oyes? ¡Relájate! ¡Respira hondo! El mundo no se acaba en cada paso
que tomas o que decides no tomar. Cédele el timón a mi otra amiga,
a la valiente, a ésa que en ocasiones se queda agazapada tras tu
espalda como un niño tímido que teme ser interrogado por ojos
desconocidos. La sonrisa de esta última es la que quiero ver
reflejada cada mañana tras lavar mis pestañas somnolientas. A ella,
a la que no se rinde, a la que diseña llaves que abren puertas al
futuro, a la que se llena las uñas de tierra, sin miedo a pringarse
hasta el alma, por plantar flores que brotarán mañana y árboles
que mecerán sus hojas al viento pasado mañana. A ti, a la de los
ojos plagados de sueños, en esta noche quisiera decirte que no te
apures, que no por apresurarse las cosas llegan antes, que aquello
que puede suceder de manera rápida bien puede ralentizarse y ser
observado a cámara lenta. Que, por el contrario, tratando de
acelerar la película corremos el riesgo de romper la cinta. Así
que, ¡fuera miedos! ¡Sal! ¡Cómete la cámara y lo que haya
detrás! Y, sobe todo, mientras lo haces, no te olvides de disfrutar
y embriagarte con cada uno de los fotogramas.
...¡disculpad mi osadía!
http://www.youtube.com/watch?v=IpxuZtNb_GY
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