martes, 8 de octubre de 2013

Dulce enemiga mía,


Dulce enemiga mía,

¡Sí! ¡Tú! ¡Ésa! La que no se sabe vender, la que se caga, la que tira piedras contra su propio tejado... ¿Me oyes? ¡Relájate! ¡Respira hondo! El mundo no se acaba en cada paso que tomas o que decides no tomar. Cédele el timón a mi otra amiga, a la valiente, a ésa que en ocasiones se queda agazapada tras tu espalda como un niño tímido que teme ser interrogado por ojos desconocidos. La sonrisa de esta última es la que quiero ver reflejada cada mañana tras lavar mis pestañas somnolientas. A ella, a la que no se rinde, a la que diseña llaves que abren puertas al futuro, a la que se llena las uñas de tierra, sin miedo a pringarse hasta el alma, por plantar flores que brotarán mañana y árboles que mecerán sus hojas al viento pasado mañana. A ti, a la de los ojos plagados de sueños, en esta noche quisiera decirte que no te apures, que no por apresurarse las cosas llegan antes, que aquello que puede suceder de manera rápida bien puede ralentizarse y ser observado a cámara lenta. Que, por el contrario, tratando de acelerar la película corremos el riesgo de romper la cinta. Así que, ¡fuera miedos! ¡Sal! ¡Cómete la cámara y lo que haya detrás! Y, sobe todo, mientras lo haces, no te olvides de disfrutar y embriagarte con cada uno de los fotogramas.









...¡disculpad mi osadía!

http://www.youtube.com/watch?v=IpxuZtNb_GY

No hay comentarios:

Publicar un comentario