miércoles, 23 de octubre de 2013

Tomar la parte por el todo


Cada mañana camino unos 5000 pasos para ir de mi casa a la oficina en la que trabajo. Se podría decir que tengo una cierta adicción al desgaste de las suelas de los zapatos en su progresivo roce con los adoquines... Desde bien pequeño he rehuido cualquier vehículo con ruedas a excepción de la bicicleta, esta última se me antoja vieja amiga que otorga al viento la responsabilidad de desprender las penas que ensombrecen el rostro y agitar el cabello como si de un elogio a la libertad se tratara. El caso es que durante el mencionado paseo, decenas de caras apresuradas cruzan sus pasos con los míos, caras que transportan ojos por cuyo efecto desearía dejarme atrapar... Sin embargo, mi ego de homo sapiens parece estar más ocupado en contemplar las reacciones que el propio yo genera en los demás, inundando así a éste último de temores ante la idea de no satisfacer las expectativas del público... ¿Hasta qué punto hacemos esto mismo con aquellos que por culpa del destino o de la casualidad logran ubicarse en nuestro punto de mira? Nos empeñamos en creer que para uno mismo todo resultará más sencillo, que, en el momento en el que otro ser que realmente valga la pena nos enfoque con su objetivo, tomará conciencia de cada una de nuestras cualidades y le será imposible obviar cuán valiosos somos. Pero ¿por qué iba a ser de este modo? La realidad tan sólo muestra una pequeña porción, en ocasiones nada representativa, del todo que conforma a una persona...
A ella la observo cada día, observo cómo se comporta con los demás, los movimientos que sus manos dibujan como ornamento a sus palabras, trato de palpar lo que siente cuando sus ojos verdes se quedan suspendidos en el vacío, de adivinar la música que sus oídos escuchan mientras desgasta sus suelas, si le gusta o no montar en bicicleta... ¿Será esta corazonada mía producto de la parte visible o de un todo que está pidiendo a gritos ser descubierto? Hoy me he decidido a averiguarlo, la voy a invitar a salir de esta caja de cemento, a ver si el cambio de escenario me ayuda a descubrir las quinientas pieles que envuelven su todo.









"Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo."

http://www.youtube.com/watch?v=G1KZOxS7i9Q

No hay comentarios:

Publicar un comentario