Siempre le había atraído perderse por
las calles de la ciudad mientras los demás dormían... Encontraba algo de placentero en aquella fría brisa que sonrojaba sus mejillas y en seguir la sombra de
su propio cuerpo que las farolas dibujaban sobre la acera a su paso.
Por ello, aquella noche, a pesar de la cálida suavidad de su cuerpo rozando el edredón, decidió salir a pasear
con su amiga, otorgando a los adoquines el privilegio de ser testigos
de sus palabras, palabras llenas de confidencias que únicamente
podrían ser hechas bajo la tenue luz de la luna.
Los pasos de cada una trazaban los
lados de un perfecto ángulo recto cuyo punto de unión era la
esquina dónde se encontraban sus calles, lugar habitual de encuentro
para ambas.
No hacía más de cinco meses que
escuchara por primera vez su característico acento francés y ya se
había convertido en miembro fundamental de su pequeña familia
barcelonesa.
Aquella noche le tocaba prestar los
oídos a aquella compañera de viaje, hay momentos en los que a uno
le toca escuchar. Asumir el rol de espectador resulta más complejo
de lo que a simple vista pudiera parecer...
En sus andares nocturnos, se permitían
la una a la otra el lujo de “viajarse”, de leerse poco a poco las
numerosas páginas que recorrían los relatos de sus vidas...
Aquella noche tocaba trasladarse a los
primeros pasos en el París de los 90, cogiendo de vez en cuando
algún que otro tren para poder repartir el amor entre un padre y una
madre, una huida a Australia para encontrarse a una misma y la
nostalgia por quién estaba y se fue...
http://www.youtube.com/watch?v=m9VrA3g4qVw
Que linda celebración de nuestra amista :)
ResponderEliminarGracias por ser tan sensible, cariñosa y ante todo por ser presente en mi vida.
Eres una persona excepcional! ; )
<3