viernes, 20 de junio de 2014

Barcelona


Llegados a este punto, te das cuenta de que dos años parecen un espejismo, algo que nunca más será tan palpable, unas cuantas imágenes que atesorarás en la memoria tratando de que el tiempo no las difumine ni invente colores que no existían.
Te das cuenta de todos los momentos, lugares, personas y sensaciones que sólo esta ciudad hace posibles y en la balanza aquello que te queda gana la guerra a los pequeños duelos que los meses pudieran traer consigo.
Te das cuenta de lo que sacrificas en aras de un futuro que esperas esté lleno de puertas abiertas y rezas al universo para que ¡por favor! Valga la pena.
Te das cuenta de que la imagen que el espejo te devuelve difiere de la que un día pisó por primera vez los adoquines de este barrio convertido en hogar.
Y es que siempre habrá una pequeña parte de ti que únicamente cobrará sentido al contacto con las fachadas de estas calles...

Me llevo el cuerpo repleto de un cariño tremendo por esta tierra y su gente, por su lengua, por el mar que los mece y la montaña los avista y protege desde la alturas.
Cuando el concepto hogar se ha tornado complejo y desconocido, creedme que se me llena la boca de placer y se me eriza cada poro de la piel al ser capaz de designar a Barcelona con esta palabra.
Siento gratitud hacia las personas que se han unido a la aventura y que, estoy segura, continuarán mano a mano la expedición porque “es tan lindo saber que ustedes existen” que los kilómetros no pueden más que provocar carcajadas.
Pensaba que no tenía palabras que resumieran estos dos años pero sin pensarlo mucho, que es otra cosa que esta ciudad me ha enseñado, han surgido estas pocas.

Barcelona, mestra de vida, com podria no estimar-te, et trobaré moltíssim a faltar…






(me falta alguna que otra persona en esta foto)






https://www.youtube.com/watch?v=5YXVMCHG-Nk

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