sábado, 31 de enero de 2015

Evansada


-No sé, no sé, no sé...

-Y si supieras... ¿Qué?

-Si supiera diría que tienes razón... Que no quiero ver pasar la vida tras una ventana esperando a que llegue... Que no sé qué coño tiene que llegar...

-¡Nada! Ya estás en ello, ya estás aquí, esto es... Y ¡qué bueno es estar!

-De pequeña, cuando tenía algo nuevo muy bonito, no quería que se desgastara... Observaba lo cuidado que estaba metidito en su envase y no me permitía utilizarlo...

-Los juguetes están para disfrutarlos, llevarlos a la playa, al parque... Claro que a veces se rayan e incluso se rompen por el camino pero aprendes más que mirándolos a través de un plástico...

-Ya... Creo que me he quedado envasada, como los juguetes...

-Pues tú decides: o te quedas en el fondo del baúl o sales y te llenas de arena hasta las orejas.

-¿Qué me pongo?







https://www.youtube.com/watch?v=9r2pEdc1_lI

2 comentarios:

  1. Hay un pasaje que he leído hace poco en La Rayuela que me recordó a lo que has escrito:
    "-¿Para qué querés los clavos?
    -Todavía no sé-dijo Oliveira, confuso-. En realidad saqué la lata de clavos y descubrí que estaban todos torcidos. Los empecé a enderezar, y con este frío, ya ves... Tengo la impresión de que en cuanto tenga los clavos bien derechos voy a saber para qué los necesito.
    -Interesante -dijo Traveler, mirándolo fijamente-. A veces te pasan cosas curiosas a vos. Primero los clavos y después la finalidad de los clavos. Sería una lección para más de cuatro, viejo."

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    1. ¡Qué bueno el pasaje! Siempre inspiradores tus comentarios.
      Gracias por leerme aunque no me deje caer mucho por estos lares. Un abrazo.

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