Se había dejado las suelas en la calle
y las lágrimas en la almohada... Por más que buscaba no hallaba
piso en la ciudad con el que encajara.
Unos eran demasiado oscuros como para
colorear sus desayunos o abrigar sus sueños de medianoche.
Otros le resultaban demasiado pequeños
como para dar cabida a la cantidad de sentimientos que pretendía
meter, le parecía que sus metros cuadrados no iban a ser capaces de
resistir tal intensidad.
Muchos de los que visitaba, pese a que
aún conservaban el esplendor de una época, dejaban al descubierto
las cicatrices que el mal tiempo había ido perfilando sobre sus paredes.
Por otro lado, los había que
engañaban, pues su buen aspecto camuflaba increíblemente bien el hecho de
que estaban huecos, vacíos de cualquier atisbo de emoción.
En su camino, también encontró un par
de lofts que no le convencían, necesitaba las puertas de la
intimidad, una intimidad placentera, relajada y confiada.
Algunos a los que llamaba estaban tan
mal comunicados, que no conseguía llegar ni con las miradas ni con
los suspiros ya fuera en metro, en nitbus o dejándose los neumáticos
en el asfalto.
Otros carecían de las ventanas que
permiten respirar el aire puro y sentir la libertad de elegir
quedarse en un lugar... ahogaban, reprimían, chantajeaban...
Los habitantes de la ciudad pensaban
que ésta era tan cálida que los pisos en ella se habían visto
obligados a sobrevivir en el frío invierno sin historias que
activaran la calefacción central encargada de acelerar corazones y
de encender mejillas.
Así que allí continuaba, buscando
piso...
http://www.youtube.com/watch?v=cATWf8eSg7w
<3
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